En muchos lugares se define la meritocracia como el gobierno de los inteligentes, pero la MMT no se detiene en esto. Planteamos esta cuestión de tal manera que la sociedad que se creará en un futuro próximo, que se considera bastante ideal, no sea el patio de recreo de una élite esnob fetichista de los tests de inteligencia, sino un sistema estable que sea aceptable para un amplio abanico de personas por diversas razones, que apeste lo menos posible a corrupción, que ofrezca una visión clara y un medio de vida seguro, que anteponga los intereses comunes de la humanidad y que funcione como un sistema social pacífico, sirviendo de ejemplo para otros países del planeta.
            La inteligencia no gobierna, sino que lidera        
        
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