De hecho, no hay lugar para ninguna ideología en las escuelas financiadas con fondos públicos. Ni liberal ni conservadora. Sólo tienen un propósito: el adoctrinamiento, formar la base de votantes de los partidos políticos, suministrar a los grupos de interés nuevos reclutas. Siempre depende de la mentalidad del poder en cuestión, pero la objetividad nunca se impone. El mecanismo provoca inevitablemente el resentimiento de la otra parte (con razón), por lo que no contribuye en absoluto a la coexistencia pacífica.
Por desgracia, se observa que éste es un objetivo explícito de los partidos políticos. En otras palabras, a los grupos de interés también les interesa tener siempre alguien con quien enfadarse, poder incitar siempre a alguien contra alguien, bajo algún titular.
Por eso es importante luchar por la no ideología. Al menos en aquellos puntos en los que los impuestos de todos se agrupan. Un ejemplo es la escuela pública.
En las instituciones educativas financiadas con fondos públicos, la atención debería centrarse única y exclusivamente en temas científicamente sólidos y consensuados.
En general, parece un objetivo de interés público intentar trabajar por una sociedad en la que los grupos de interés no lleven la voz cantante.
Introducción de la enseñanza religiosa islámica en las escuelas de Baviera
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